La medición de la viscosidad a 100 grados se usa para evaluar la lubricidad a altas temperaturas de operación, como en turbinas y motores de combustión interna. Complementa la medición a 40 °C y se utiliza a menudo para calcular el índice de viscosidad.
El método es similar al de una temperatura más baja, pero aquí es el calor elevado lo que revela la estabilidad del aceite en condiciones exigentes.
Las desviaciones del valor esperado pueden indicar degradación, adelgazamiento o contaminación. El cliente tiene una idea clara de si el aceite sigue funcionando de manera óptima en ambientes calurosos.